Muchos padres y madres se quejan de que sus hijos no se comunican con ellos, que nos les hacen partícipes de sus vidas, que apenas los conocen porque se aíslan y no se abren. Pero ¿y tú, te comunicas con ellos, les haces partícipes de tu vida?
La comunicación y el entendimiento son los pilares de las relaciones humanas. Nos ayudan a compartir cómo nos sentimos, lo que nos preocupa, lo que nos apasiona. Es la vía para generar confianza.
No se trata de que los hijos compartan con nosotros todo, todo, ni de que seamos sus amigos, pero sí poder tener la posibilidad de disfrutar de sus vidas, de sus amigos, de sus pasiones, poder corregir desde el amor y el cariño, poder aconsejarles sin faltarles el respeto.
Padres y madres necesitamos cambiar algunos de nuestros hábitos de comunicación para conseguirlo. Y entonces la relación con ellos se disfruta muchísimo más.